Tomando unas cervezas con Mr.Springsteen

Lluís Folch, que en Bilbao disfrutó del primer concierto de Springsteen, nos explica como de un modo sorprendente se encontró a Springsteen en la barra del bar del cesped de San Mamés:

«Después de haber estado toda la tarde y noche y mañana… haciendo cola para el «pit»…. decidí ir a buscar unas cervezas a las 7 de la tarde en una de las barras del cesped que estaba semivacía. De repente, encontré que a mi lado había un «clono» de Bruce… y medio en canchondeo le dije «Hey Boss»… a lo que él me respondió en inglés…ví que estaba rodeado de 4 tipos que parecían de seguridad y wow…. lo tenía al lado…. inpensable… Solamente nos habíamos quedado con la copla yo y otro fan que estaba a mi lado. Bruce se descojonaba al ver que solamente éramos los únicos que nos habíamos dado cuenta y que no reaccionábamos… mirábamos de izquierda a derecha «alucinados». Entonces, Bruce me hace un gesto como preguntando «¿aqui no sirven o qué?. Yo llevo dos vasos de cerveza tipo orinal llenos hasta arriba y tengo dos cervezas más en la barra y el camarero me pone una coca cola a 8 metros de distancia. De repente un rayo me golpea mi cerebro.. una foto.. A todo esto, Bruce me mira a mí y al otro tipo y a los tíos de la barra que siguen haciendo lo típico que se hace en una barra.. ignorantes de la pintoresca situación creada… Quiero sacarme el móvil del bolsillo (más escondido cómo no!), dejar las cervezas… me cae el billete de 20 euros al suelo… todo en el mismo momento.. y por fín el inevitable grito agudo de un mujer o un gallo masculino.. !ALLÍ, ALLÍ!…. los de negro se acercan protectoramente y de la nada surgen figuras amenazadoras, desbocadas… me tiran media cerveza y los de la barra se precipitan hacia él. Veo a un niño de unos 14 años que ya lo ha pillado y en cinco segundos tengo a 10 personas entre Bruce y yo (y la promesa de ser 1000 en pocos segundos)… instintivamente se impone el carroñero que llevo dentro: «vete y aprovecha la confusión para llevarte las fucking birras por el morro y una historia curiosa para recordar toda la vida, recibida con estupor e incredulidad: «Bruce nunca hace esto», «sí justamente te ha pasado a tí…» Rapidamente llegan ecos, ruído y excitación a nuestras espaldas. La gente se pregunta.. ¿Es verdad? No saben que hacer, irse y perder el preciado lugar cerca del escenario o quedarse.. Al rato empiezan a circular fotografías que corren mano en mano… salgo yo…. y no he soñado… ¿Estimación temporal?… no sé… desde que me doy cuenta que lo tengo al lado hasta que salí imagino que 1:30 minutos… Al día siguiente, desayunando leo el Correo Vasco :»El Boss bajó a beber una cerveza a la pista muy divertido porque no lo reconocían». Doy fé, bien informado….»

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