Crónica Fiesta 20 Aniversario: Los lazos que unen.

manel-fuentesLos lazos que unen, por Jordi Sopena Palomar

Dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Cualquier comienzo suele estar plagado de incertidumbre y de obstáculos. Con el paso de los años, lo que fue un sueño puede convertirse en una mera rutina. De la devoción se pasa a la complacencia. Y de ésta a la dejadez, hay un paso. Forma parte de la naturaleza humana: habitualmente nos acabamos aburriendo de nuestras actividades y de nosotros mismos.

No obstante, en ocasiones, la llama de la ilusión se mantiene encendida y la atracción a lo desconocido incita a continuar adelante. El Stone Pony, club de fans no oficial de Bruce Springsteen en España, ha cumplido recientemente 20 años. Mucho ha llovido desde aquella Fira del Disc en la que Joan Colet y Xavier Agut se conocieron. Entonces decidieron compartir su pasión, la música del genio de Nueva Jersey, y poner su tiempo al servicio de los acólitos de todo el país. Dos décadas después, siguen en la brecha, y el Club, un patrimonio de todos, vive su máximo esplendor. Que España sea uno de los paraísos de la Brucemania es, en una gran parte, responsabilidad suya.

Un fin de semana inolvidable

Aquella Fira del Disc de 1988 supuso una encrucijada de caminos. Vilafranca del Penedès, el último fin de semana de septiembre del año 2009 (días 25, 26 y 27) también lo fue. Personas de diversas procedencias, con vidas radicalmente diferentes, con sus propios sueños, problemas, dilemas y esperanzas, se congregaron para conmemorar por todo lo alto el vigésimo aniversario del Stone Pony.

La serie de conciertos programados en el Casino By Arcs era el plato fuerte de las celebraciones. Gabriel Abril fue el encargado de abrir fuego el viernes 25 de septiembre. Tras unas palabras de agradecimiento dirigidas a Xavier Agut y a Joan Colet, el cantante empezó a desgranar las canciones de sus tres discos publicados: “El hechizo de la costumbre” en 2001, “5 minutos para el fin del mundo” en 2006, y “Un león en el garaje” en 2008. Curiosamente, Abril acarrea también dos décadas con la guitarra a sus espaldas, en las que ha sorteado un largo camino de obstáculos y acordes. Este periplo por la carretera le ha proporcionado un bagaje musical que le permite ofrecer un concierto sólido y estructurado. Canciones de amor y desamor, versos directos al corazón, palabras que penetran en las profundidades del alma; en definitiva, poesía urbana desenfrenada.

A continuación, fue el turno de Manel Fuentes y su Spring’s Team Band. Concebido como una amalgama de greatest hits del Boss, el concierto que brindó el popular periodista entretuvo durante dos horas a todo los presentes. Fuentes ejerce de presentador radiofónico con pose solemne en su programa El matí de Catalunya Ràdio. Con poco espacio para la distensión e inmerso en la vorágine informativa del día a día, muy a menudo sobrecargada de dramatismo, Manel se “libera” con uno de sus hobbies, la de admirador de Bruce Springsteen y de su música. La interpretación de Fuentes carece de toda urgencia, connota un amplio sentido de la camaradería y de la diversión y supone una recreación de la mejor representación del espectáculo de Bruce Springsteen. Un auténtico clímax musical y festivo.

Fiesta 20 aniversario Stone Pony Club

Un sábado de lujo

El sábado prometía todavía más con tres actuaciones en la recámara. La comida de hermandad no podía faltar. Durante más de dos horas, los socios de club pudieron (pudimos) intercambiar experiencias, conversar acerca de la pasión común, discutir sobre los discos preferidos, etc. Al final de la celebración gastronómica, los organizadores entregaron una serie de obsequios a cada uno de los socios: una camiseta, un pin y la revista número 53 del club. Como sorpresa final, Xavi y Joan extrajeron del baúl de los recuerdos un Cadillac cuidado como oro en paño por su propietario, un coleccionista del Penedès. A todo volumen, los altavoces lanzaban los versos de Cadillac Ranch, el rock and roll que glosaba la filosofía de las carreteras, de las rutas interminables, del mundo en movimiento como una forma de vida tan respetable como cualquier otra.

A las seis de la tarde tuvo lugar un coloquio centrado en único punto del día: Bruce Springsteen. El sexagésimo cumpleaños del cantante focalizó gran parte de las preguntas, sobre todo las referidas al futuro del rockero de Nueva Jersey. Las seis décadas de Bruce han brindado experiencias sonoras y audiovisuales únicas. Pero la cuestión que todo el mundo se formula es: ¿hasta cuando? Joan y Xavi intentaron alejar los fantasmas de una pronta retirada afirmando que Bruce tiene cuerda para rato. En cualquier caso, fue una velada agradable de aquellas que engrandecen el sentido de comunidad del club de fans.

A las ocho, las puertas del casino volvieron a abrirse para acoger, en esta ocasión, una tanda de tres conciertos. Cuando el reloj marcaba las nueve de la noche, George Mileson hizo acto de presencia en el escenario y, con el simple acompañamiento de su guitarra acústica y su armónica, presentó un repertorio formado por joyas del cancionero de Bruce Springsteen. La oscuridad, por momentos, invadió la sala: los confusos pensamientos de un soldado en la guerra de Irak (Devils and Dust), la narración de una vida que se asoma al abismo (Stolen Car), la rabia incontenida de un perdedor (Darkness on the edge of town) o el sinsentido de una acción criminal que acaba con la vida de 10 personas sólo “por diversión”. Mileson, que tiene dos discos publicados, One y Back to the road, posee la capacidad de capturar la desesperación, el dolor y la amargura, y transmitir estas emociones a flor de piel. Mención aparte merece la sublime interpretación a la guitarra de Drive all night, que encrespó los ánimos de todos los presentes.

Tras el concierto de George y sin descanso, irrumpió en el escenario The No Surrender Band, grupo formado por socios del club. Con un progreso imparable, Sergi, Chus, Nune, Jordi, Juanka, Rafi, Xavi y Adrià ofrecieron un show perfecto, que combinó grandes éxitos (Hungry Heart, Badlands…) con tesoros ocultos (Lost in the flood). TNSB funcionó como una maquinaria perfectamente engrasada, con sus músicos plenamente inspirados, tocando como si les fuera la vida en ello. Después el recital y como no podía ser de otra manera, recibieron una ovación enorme. Hace 9 meses, la banda era un proyecto ilusionante, pero sólo una quimera. Ahora ya es una realidad.

Para finalizar, llegó el plato fuerte: Spirits in the night. El grupo, comandado por Sergio Gisbert, es reconocido como la banda tributo de Springsteen en España por excelencia. Más de dos horas de concierto sirvieron para mostrar el auténtico espíritu del rock and roll, aquel que concibieron hace más de 50 años tipos como Chuck Berry y que moldeó, años más tarde, un indivividuo de Tupelo llamado Elvis Presley. La música de Bruce Springsteen fluyó con fuerza gracias al buen hacer de los Spirits. En definitiva, fue un fin de fiesta digno de elogio.

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El sentido de la música de Bruce

La pasada semana, Bruce Springsteen ofreció 4 conciertos maravillosos en el Spectrum de Philadelphia. Cuentan que el diario Inquirer preguntó a los fans de Bruce el motivo de su devoción. Jeanne Mooney, de 83 años, explicó que una desgracia continua la sacudió en un periodo de siete años: perdió a sus dos hijos y a su marido. Puede parecer surrealista que la música ayude a afrontar ese dolor y a superarlo. Esto fue precisamente lo que le paso a Jeanne con Bruce Springsteen: sus canciones le permitieron derrotar a la aflicción y pensar en que el renacimiento era posible.

Sirva esto como un pequeño ejemplo de lo que significa el rockero de Nueva Jersey para sus seguidores. Algunos de ellos admiran su música; sin embargo, la mayoría ama su arte y, además, su actitud vital y comportamiento. En Bruce Springsteen, el verbo y la carne son uno. The Boss es el héroe, la persona a la que recurrimos cuando todo se hunde o los demás fallan, el compañero de confidencias, el acompañante en una noche lluviosa por una carretera secundaria, el que nos habla en momentos de desánimo o el que nos completa en periodos de euforia. La vida se puede concebir de diferentes maneras, pero Bruce siempre es un referente en ellas.

Es difícil entender esta pasión y mucho más verbalizarla. Seguro que, al menos, a muchos de los presentes ese fin de semana así se lo parecería. No obstante, todos ellos saben que una red invisible de acordes y de versos les cobija: son los lazos que unen.

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