Traducción «The Rolling Stone Interview»

Extracto de la entrevista de Jon Stewart con Bruce Springsteen, Rolling Stone, marzo 2012.
Traducción:  © Paul Martin – The Stone Pony

Springsteen llega a los estudios de The Daily Show en Manhattan a pie, en un día helado de finales de enero, viniendo de Nueva Jersey. Ha caminado luchando contra el viento a lo largo de una docena de manzanas de la 11th Avenue desde el Lincoln Tunnel, abrigado sólo con una fina chaqueta de cuero. «Había mucho tráfico,» dice, «así que Patti me dejó al túnel.» («Son tipos duros, los de Freehold,» dice Stewart, pensando en el trayecto.) Después de grabar la edición de la noche anterior de The Daily Show, Stewart se reúne con Springsteen dentro del desorden de su oficina, donde ya hay una foto de los dos fijada a la pared.

En los últimos años, Stewart ha visto como, después de décadas de ser fan de Springsteen, se ha convertido en amigo suyo. «No, si no tiene naaaada de surrealista!» dice Stewart con gran ironía. «Es lo más natural del mundo! Es muy difícil conciliar el hecho de estar sentado con él, pescando en un pequeño estanque en Nueva Jersey, con el recuerdo de hacer autostop en la autopista I-95 para ver sus conciertos en Filadelfia durante años hace tanto tiempo. Creo que la única banda que he visto más veces que Bruce Springsteen es la banda de tributo Backstreets. Procuro no dejarle ver lo patético que soy en realidad!»

Stewart se crió en Lawrenceville, Nueva Jersey, a unos 50 kilómetros al nord-oeste de la ciudad natal de Springsteen en Monmouth County. «Cada vez que una canción suya hablaba de un coche, me dije ‘Ese lo he visto, sin ruedas y subido sobre bloques de cemento en el patio trasero de alguna casa cerca de la mía.'» Vio su primer show de Springsteen durante la gira de Darkness on the Edge of Town tour en 1978, cuando tenía unos 15 años. «La primera vez que escuchas Darkness, empiezas a pensar cómo te puedes largar de Nueva Jersey,» dice. (Al igual que Springsteen, Stewart volvió años después y tiene una casa en el ‘Estado Jardín’: «Te das cuanta de que, eh, en realidad, Nueva Jersey no está tan mal!»)
En el nuevo álbum, Wrecking Ball, los personajes que presenta Springsteen no están buscando una salida, sólo quieren un trabajo. Con canciones tan ferozmente populistas como «Death to My Hometown» y «Jack of All Trades,» Springsteen pinta un retrato de unos Estados Unidos donde «el banquero se engorda / el trabajador se adelgaza.» Springsteen quería que las nuevas canciones hablasen de «lo que ocurrió con el tejido social del mundo en el que vivimos.»

«Hope and Dreams» y otras canciones de la segunda mitad del álbum parecen desplazarse desde lo personal y lo político hacia un sentido espiritual. 
Bueno, en la primera parte del disco, estás simplemente cabreado. En la primera pista, «We Take Care of Our Own,» planteo las preguntas a las que voy a intentar responder. El estribillo se expresa como un reto y una pregunta. ¿De verdad cuidamos de los nuestros? ¿Qué ocurrió con aquel contrato social? ¿Adónde se fue en estos últimos 30 años? ¿Cómo es que se ha erosionado de esta manera tan espantosa? ¿Y cómo es que sólo ahora se empieza a dar voz a la indignación que sentimos por aquella erosión? He escrito de todo esto durante estos 30 años, desde Darkness on the Edge of Town pasando por The Ghost of Tom Joad y hasta hoy. Todo salió de la recesión de la época Carter en los últimos años 70: mientras escribía sobre aquello, mi cuñado perdió su trabajo en la industria de la construcción y fue a trabajar como conserje al instituto secundario del pueblo. Y le cambió la vida.

Así que estos son problemas y cosas que suceden una y otra vez en la historia, y siempre caen sobre la espalda de la misma gente. En mi música – si es que tiene alguna función más allá de hacerte bailar y divertirte y fregar el suelo mientras la escuchas – siempre procuro medir la distancia que hay entre la realidad americana y el sueño americano. El mantra que canto en la última estrofa de «We Take Care of Our Own» – «¿Dónde están los ojos, dónde están los corazones?» – está diciendo «¿ Dónde están aquellas cosas ahora, qué ha pasado con aquellas cosas en los últimos 30 años? ¿Qué ha ocurrido con el tejido social del mundo en el que vivimos? ¿Cuál es el precio que paga la gente por ello cada día?» Y esto es algo que yo viví intensamente como niño, y es probablemente la mayor motivación para los temas sobre los que he escrito desde que era muy, muy joven.
En el New York Times, un crítico dijo que «We Take Care of Our Own» es «patriotero.» 
Pues que se busquen un crítico de rock más espabilado!

[Risas] Eso nos lleva a los días de «Born in the U.S.A.,» que fue tan malentendido por tanta gente. 
Sí. En este caso no lo he notado tanto, pero compones la mejor pieza de música que puedas, la publicas, y después te fijas en lo que te llega. Últimamente parece que la polarización del país se ha vuelto tan extrema que la gente te quiere obligar a ser o un falso «patriota» o un «apologista.» Parece que el diálogo político matizado o la expresión creativa han sido paralizados por la descomposición del lenguaje político, y eso ha infantilizado nuestro discurso nacional. Eso no lo acepto, y no escribiré de esa manera.

Traducción: © Paul Martin
Foto: SACHA LECCA/Rolling Stone

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